El Dominio Propio















Por Isaac Samerón


Si te das cuenta a veces tendemos a ser impulsivos. En ocasiones no medimos lo que decimos y terminamos tratando de remediar con un “no quise decir eso”. Dominio propio es la capacidad que tiene un individuo de controlarse o de equilibrar sus acciones y emociones. Santiago el siervo del Señor Jesucristo explica que cualquiera que refrena su lengua podrá refrenar también su cuerpo.

Stg 3:2 Porque todos ofendemos muchas veces.   Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

Pensemos en lo que decimos. Ahora pensemos en nuestras actitudes. Si por algo han tenido éxito las compañías de pornografía y cada día surgen miles es que muchos no logran luchar contra sí mismos y se dejan llevar hasta  por horas satisfaciendo sus ojos que no desean separarse de la pantalla. No vayamos muy lejos. La masturbación es el pecado abominable que los jóvenes  no pueden dejar y muchos siguen practicándolo aun dentro del matrimonio.

Seguir la relación amorosa con el novio de tu mejor amiga, faltarle en respeto a una dama, desistir ante los apetitos sensuales excusándote “soy humano”.  Esto es falta de dominio propio.

Por lo general una de las mayores tentaciones entre novios surge cuando los besos y las caricias encienden la pasión. Por lo general la mujer tiende a ser más fría y por dignidad frena al novio de no cruzar los límites. De eso estoy hablando. De no llegar al límite y tener el control de tus acciones y emociones. Defínete, se firme y di ¡No! A toda proposición que venga del mundo, del diablo o desde tu corazón.

Pr 16:32 Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.

No existe mejor persona que la que es dueña de sí misma. Quién desiste a las caricias y pruebas de amor es cobarde y no podrá serte fiel ni a ti ni a nadie.
Valora, ama y respeta a quien lo practica en el noviazgo para huir de las pasiones y para agradar a Dios y Cuídate de ti mismo procurando tener un autocontrol  que te lleve a tener un noviazgo sano y equilibrado haciendo las bien y sin mala conciencia porque eres morada del Espíritu Santo. Si no tienes dominio propio debes pedírselo al Señor y ejercitarlo. Recuerda que tu noviazgo en Cristo es más que vencedor.

1 Tim“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía sino de Poder y Dominio Propio.”


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